Poesía en la mesa: Sabores insólitos

Por Epicuro
17 de Mayo de 2015

“En un local bastante pequeño, pero de ambiente cálido con la atención de su misma propietaria: aquí no se usan conservantes, saborizantes o agregados químicos”.

Una casa de té puede evocar tardes románticas en las que un grupo de amigas comparte vivencias bebiendo infusiones aromáticas, comiendo galletas delicadas. En la actualidad podemos optar por sitios para tomar un café, disfrutar de una tertulia. La propuesta de Camelliastea me sorprendió por su originalidad y su concepto.

Desde el momento en que ingresé al local sentí la presencia de una mujer, tal vez por los detalles o quizás por la misma carta en la que abundan las sorpresas. El té como bebida tradicional nació hace más de cinco mil años, pero al transcurrir los siglos se diversificó mucho, ahora podemos hablar de té verde, negro, blanco, rojo, con múltiples sabores. Las posibilidades son casi infinitas.

Bethsy Buitrón tiene antecedentes que la predisponían a escoger la gastronomía como carrera. Lo que ahora llamamos catering (servicio de alimentación prestado por una empresa especializada) existe desde hace muchas décadas. El abuelo de Bethsy fundó el primer negocio de alquiler de vajillas para eventos. ¡Cuántos lectores míos habrán contratado o siguen contratando los servicios de Buitrón para matrimonios, bautizos, fiestas familiares! Bethsy, haciendo honor a sus raíces, viajó a Argentina, donde adquirió los necesarios conocimientos (Instituto Argentino de Gastronomía, Universidad Argentina de la Empresa, Colegio de Gastronomía Gato Dumas), estudió artes culinarias y tea master (Escuela Argentina del Té).

Le pregunté por qué había escogido crear una casa de té y no un restaurante, ella contestó: “Porque me gusta la simplicidad a la hora de presentar los productos, mostrando la esencia de cada uno con pequeños detalles sin olvidar que el té es mi gran pasión. Asimismo, en el mercado había pocas opciones para personas celiacas, veganas y para las amantes de la comida gourmet. Crear una conciencia por el té en un país más adicto al café o al chocolate era un desafío, pero la idea novedosa poco a poco ganó terreno, aunque los inicios fueron algo difíciles”. Además, Bethsy quería transmitir alimentos que no son nada usuales en la cocina ecuatoriana.

Confieso que mi paladar apreció mucho la gama de sabores insólitos: limonada de albahaca, lavanda, té de rosas, menta, guayusa (Ecuador exporta unas veinte mil libras mensuales de aquella planta de increíble aroma).

Bethsy trae una muy valiosa contribución a la causa de aquella guayusa que merece ser mucho más conocida y consumida por los ecuatorianos. Para quienes desean bebidas frescas y perfumadas, Camelliastea propone jugos intensamente fríos de sandía con menta, naranja con té verde, limonada de coco, guayusa con jengibre, maracuyá con té. Desde luego están los tés florales y frutales, de rosas o de lavanda.

Los endulzantes pueden ser de agave, de miel de stevia o de azúcar en terrones. Bethsy evidencia de pronto influencias orientales, por ejemplo, en su cheesecake de rosas de intensa fragancia.

Fuera de las bebidas o infusiones también se ofrecen bocados sorprendentes, minihojaldres de tomates deshidratados, aceituna con albahaca, garbanzo o berenjena en pan pita, el insólito queso Brie con jarabe de rosas. Ustedes encontrarán soya, almendras, arroz, queso mascarpone. Si tienen gustos más conservadores, la carta tiene los clásicos quiches, tartas, empanadas, sándwiches de jamón serrano...

Gastronomía con frutas y flores en un local bastante pequeño, pero de ambiente cálido con la atención de su misma propietaria: aquí no se usan conservantes, saborizantes o agregados químicos. Visitar este sitio es también cuidar su salud. (O)

epicuro44@gmail.com

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