69 años de mucha fiesta
Teófilo es un singular personaje que me encontré justo afuera del edificio de EL UNIVERSO. Tiene 69 años, pero tiene más vida y fiesta dentro de él que muchos contemporáneos míos. Pasea por Montañita, se cuida tomando whisky, se viste como un duro y dice que se casó a los 30 años, ¡luego de haberlos gozado!
¿Cómo recibió su cumpleaños # 69?
Con un viaje a EE.UU.
¡Mire usted! Buen regalo.
Yo viví y trabajé allá. En el aeropuerto Kennedy y en La Guardia, era ayudante de driver. Cambiábamos la comida en los aviones grandes, internacionales.
¿Se comía la comida que sobraba?
¡Lo mejor! Caviar, filet mignon, buen camarón.
¡De primera clase!
Imagínese. Veinte años trabajando allá.
Pero lo veo flaco, no comió lo suficiente.
¿¡Flaquito!? ¡Puf! No, ¡me conservo ahí! Siempre. Nunca engordo, siempre he estado ahí donde me ve. ¡130 libras! Ni subo ni bajo, porque hago ejercicios, me hago ver constantemente.
¡Buena vida la suya!
Me cuido un poco. Nada de colesterol alto.
¿Come aguacate?
¡Uy, sí! Aguacate y mariscos. Ah, y un buen whisky!
(Risas) El whisky le limpia la sangre. Ahora sí, ¿qué onda con su facha?
Así siempre visto. Especialmente los domingos que voy a misa o cuando voy a hacer una visita. Me visto con lo que Dios me ha dado.
Está combinado de pies a cabeza, sombrero incluido.
¡Gracias! Trato de combinar las cosas. El sombrero lo compré en Montañita.
¿Se va de fiesta por allá?
Con mis hijos.
¿Qué es lo que más le gusta de Montañita?
¡Ay, ay, ay! La comida... ¡Las chicas! Ay, Dios mío lindo. A veces digo: ¡por qué mi mamá me parió tan rápido! (risas) Aunque sea lleno las pupilas. 69 años...
¿A Montañita se va vestido así también?
No, pues, allá en shorts.
¿A Montaña y a tomar whisky?
¡Pero no cualquiera!
¿Qué le parece esta facha?
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