Fiesta de grado profesional

Por Mariquita Noboa
28 de Junio de 2015

Desde Guayaquil nos escribe la señora Zoila, que alegre y orgullosa del grado de médico de su hijo, quiere celebrárselo de manera especial. Solicita orientación para organizar la reunión, que como manifiesta, es la primera vez que va a hacer un evento de esta naturaleza.

• El punto de partida está en el presupuesto. De acuerdo a las posibilidades económicas usted podrá decidir a cuántas personas invita y en qué circunstancias.

• Comience por hacer una lista de invitados. Así puede aumentar o disminuir el número de invitados según se lo permita su presupuesto.

• Si su hijo es soltero, no hay que pensar en familia política, pero si tiene una noviecita oficial, entre las primeras invitaciones deberá estar la de ella y la de sus padres. También ocupan un lugar preponderante sus padrinos, los de bautizo, confirmación y primera comunión.

• Para una fiesta formal debe imprimir invitaciones. Pida en la imprenta los diversos tipos de material y colores. Como se trata de una graduación profesional debe ser sobria, nada de colores chillones, y deben circular con quince días de anticipación.

• Si va a contratar un servicio de catering busque opciones que estén bajo la responsabilidad de un profesional en gastronomía. No sería justo que por economizar unos dolaritos intoxique a sus invitados.

• Diferente es la situación si hace la contratación con un buen hotel. Decida entonces si prefiere un elegante menú concertado, servido a la mesa, o esa interminable espera del bufé, donde además se desperdicia tanta comida.

• El brindis lo debe hacer el papá del graduado. Deje que él decida el contenido de su intervención; seguramente es su corazón el que va a hablar. Ya sabe, champán o vino blanco y jugo de manzana. Y no levante ningún dedito meñique a la hora de tomar la copa, esto no es signo de nada.

• Lo clásico en estas celebraciones lo define el cake, que en este caso es la identidad del evento. Pida ayuda a una buena pastelera para que elabore un trabajo con calidad y decorado para la ocasión.

• Una persona con buenos modales en su vida cotidiana los tiene también en las recepciones. Nadie debe pedir que le den “un pedacito de torta para llevar, porque estaba taaan rica” ni tampoco llevarse los arreglos florales.

• Disponga una mesa para dejar los regalos que reciba el nuevo graduado y por ningún motivo pida que le lleven dinero ‘en sobre cerrado’. Eso es una grosería.

¡Albricias! Para el novel médico y para todos los nuevos discípulos de Hipócrates. (O)

mtnoboa@hotmail.com

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