Jambelí: Con nueva luz

28 de Junio de 2015
Texto y fotos: Moisés Pinchevsky

La isla de Jambelí, cerca de Machala (El Oro), quiere mostrarse fortalecida y hermosa tras los problemas que enfrentó por los fuertes aguajes.

Todos los hombres tenemos una calculadora en la cabeza. Y la ponemos a funcionar de manera casi espontánea (simplemente se enciende y plin, se dedica a sumar y sumar), por ejemplo, en un viaje.

Así que sentado en el comedor Eben-Ezer de la playa de Jambelí, mientras veo el partido Ecuador-México en un televisor LCD de 50 pulgadas, mi mente comienza a hacer las cuentas: gasolina desde Guayaquil, $ 25; garaje para el vehículo, $ 3,50; cruce en bote, $ 6 (ida y vuelta); arroz con mariscos y limonada, $ 9,50; maduro con queso, $ 1 (valía 50 centavitos, pero me comí dos).

Así que gritar los goles de Miller Bolaños y Enner Valencia en esta playa del cantón Santa Rosa, provincia de El Oro, me estaba costando $ 45, lo cual considero muy buen negocio porque el viaje, además de coincidir con la recuperación futbolística de nuestra Selección, me permitía observar la superación turística de este balneario que encontré muy golpeado en marzo de 2012.

En esa ocasión, hace tres años, la playa de Jambelí estaba siendo devorada por el océano. La erosión marina estaba reduciendo la franja de arena hasta lograr que los bañistas se vieran arrimaditos hacia el rústico malecón peatonal.

Por ello, el Gobierno nacional estaba construyendo en el mar cinco muros escolleras que, con una extensión de 133 m cada uno y 34 m de separación, hoy parece que han logrado impedir que las olas succionen la arena para ayudar a devolverle a Jambelí su esplendor.

La dueña del comedor, Nancy Zapata, me trae una botella de agua (sumo $ 0,50 a la cuenta) y aprovecho para preguntarle su opinión. “Jambelí ha recuperado el 90% de su playa. También muchos locales (de comida) se han remodelado (…). Todos los días viene mucha gente, lunes, martes, miércoles…”.

“Ahora todo está mejor. Antes había caos y preocupación”, agrega una amiga de Nancy, Elena Cedeño, quien se alegra por tal recuperación, porque le trae turistas a su hotel, Niño Turista, que brinda hospedaje desde $ 15 la pareja.

Aunque también hay hoteles de mayor precio ($ 30 o $ 40 por noche la pareja), que lucen como agradables hosterías y hostales frente al mar. Las Iguanas es una de las más conocidas. Su propietaria, María Aguilar, dice: “Gracias a Dios y a las escolleras el mar ha dejado de llevarse la arena”.

La playa luce mucho más extensa que antes.

Las escolleras hoy evitan que el oleaje retire la arena de la playa.

Sin embargo, la recuperación de la playa se enfoca a la zona principal del balneario, de unos 1.000 metros de extensión, ya que en los extremos aún se observa el impacto de la erosión, según Julio Manzo, dueño del hotel Las Tórtolas, ubicado en el norte, frente a un espigón de rocas que penetra en el mar.

Este hotel respira en el límite de la zona protegida. “Hay más de diez casas que se ha llevado el mar en la zona norte, y en el sur se perdieron más de 22”, indica Manzo, quien agrega que el Gobierno debería construir más escolleras para proteger el resto de la playa.

Un mejor malecón peatonal, un sistema de agua potable y alcantarillado y una mejor recolección de basura son obras que están pendientes, indica Manzo, y con las cuales esta isla podría ubicarse como un destino turístico más destacado. Así que la recuperación de la isla puede continuar, porque Jambelí es hermosa, tiene una playa agradable, cómodas hoteles, comida deliciosa, clima soleado casi todo el año… y la cuenta continúa. (I)

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